Me comparo a mi misma con
un pajarito. Veo a través de una ventana
y quisiera ser libre y volar, ¡valoro tanto mi
libertad!
Sin embargo ya entendí,
(o creo entender) que la vida no es así, que vamos creciendo, madurando y
tomando responsabilidades. Creo que tenemos dos opciones;
- La primera, vivir en una jaula oxidada, descarapelada, en un ambiente gris, frío, contaminado, ruidoso y con estrés.
- La segunda, en una jaula limpia, linda, con una vista llena de colores, naturaleza, agua y alegría.
...Podemos escoger nuestra jaula... |
Hoy me doy cuenta que el
problema es la jaula, no donde se encuentre. Es el hecho de estar
enjaulada, de tener un dueño, de ser prisionera, de respetar por imposición, de
no tener autonomía, ni libertad. Creo que lo mejor es escaparse de la jaula, porque brillante u oxidada
sigue siendo una prisión.