Ay, no se ni por donde comenzar pero dejemos que las palabras fluyan…
*Mi doble concierto de Shakira, soy fan. Me encantan sus canciones y su música. Mi amor por ella está más allá de sus caderas, el pelo oxigenado y sus romances extraños. No conforme con asistir al del Foro Sol, estando en Villahermosa por casualidades del destino, de nueva cuenta gracias a Mariana y Sandro, pude volver a creer que “cuando menos piensas sale el Sol”
*Haber regresado a mi tierra, a Tabasco. Tener a mi familia cerca. Poder haber despedido a Ces antes de que se fuera a Orlando, volver a estar con Juancho a quien amo con el alma y descubrir que aunque los años pasen, puedo seguir estando a su lado 24 horas seguidas pareciendo que son tres.
*Mi hermano, nuestra relación cambió tanto. Pasó por tantas cosas que hoy que puedo tenerlo unos días cerca, que lo puedo abrazar para reír a su lado no puedo dejo de darle gracias a Dios por haberme prestado a este compañero de vida hace 22 años.
*La aventura de vivir con mi exrommie, Mariana. Realmente es una maravilla vivir con ella, no sé si fue mi imaginación pero nos acoplamos súper bien. Tantas cosas que vivimos juntas en tan poco tiempo, la amo. Le agradezco a Dios, a ella y al 2011 poder haber vivido esa experiencia.
*Junto con Mariana, la bendición que fueron Beto, Toño y Sandro. Realmente unos ángeles en la tierra.
*Mi gusano, ni él sabe todo lo que me ha enseñado en la vida y lo que representa para mí. Es tan alivianado, que debería poder meterlo en una cajita para que me hiciera reír en los momentos estresantes del día. Su regreso a mi vida también fue un regalo este 2011.
* Regi, la Cochi, Deya y Ross. Cuantas veces no escucharon mis múltiples confusiones sobre que hacer con mi vida. Las amo, fueron un sol y una guía en momentos difíciles.
*Mi despertar. Aún lo recuerdo en casa de mi tío Gustavo, un día simplemente me nació la necesidad de meditar, de buscar la paz y de crecer. El viaje es largo y apenas lo voy comenzando, sin embargo desde ese día mi vida cambió completamente.
*Gente que estuvo a mi lado, este año. Algunos como una ráfaga, otros estuvieron varios meses pero todos me aportaron. Espero no olvidar a nadie pero; Horacio, Arturo, Yeri, Pam, Beltrán, Isaí, Pao, Ross, El Besitos, Andrecito, Doña Mary, Marcela, Rocío, Marta, Iván, Gustavo, División, Jaz, Cuervo, Alicia, Karl, Lili, mi tío Gus, mi tía Blanca, Karina, Jos, el muñe, Anita, Lau, Clau, Víctor, Mire, doña Lila, doña Betty, Ángel, entre otros, a todos ustedes mil gracias, mi 2011 no hubiera sido perfecto sin su compañía.
*Por la boda y el embarazo de una mujer que desde hace muchos años ha sido mi ejemplo de fortaleza , mi prima Cone.
*Mi trabajo, el cual llego en el momento indicado y me lleno de alegría. Además me dieron dos semanas de vacaciones, ¿cómo no lo voy a amar?
*Porque todo lo que pedí con el corazón se me concedió.
Tengo tantísimas cosas que agradecer que nunca terminaría si fuera más específica. A grandes rasgos esto fue lo que marcó a mi año aunque obviamente hay trescientas mil razones más para ser feliz y disfrutar cada día. 2011 GRACIAS muchas gracias por todo lo que me regalaste.
Sof
viernes, 30 de diciembre de 2011
lunes, 10 de octubre de 2011
Mi amiga Ana
Hoy nació Isabella, la segunda hija de una gran amiga mía. Recuerdo perfectamente el día que conocí a Ana María, fue en una fiesta de la secundaria por una amiga en común.
En mis fotos de XV años ella sale, aunque llevábamos una semana a lo mucho de conocernos, y ninguna de las dos imaginaba en ese momento que nuestras vidas iban a estar enlazadas por muchos buenos momentos y varias lágrimas.
Por muchos años fue la amiga de mi amiga, sabía lo esencial sobre ella y convivíamos esporádicamente. Un día ya en la preparatoria nuestra amiga en común fue expulsada y adopté a Ana como parte de mi círculo de amistades cercanas, muy cercanas. De pronto las calles que nos separaban, ya que vivíamos en el mismo fraccionamiento, desaparecieron y la casa de cada una se convirtió en una extensión de la de la otra.
Por esa época me atrevo a decir que Anita pasaba por la primera gran crisis de su vida, el divorcio de sus papas, y quizás el agridulce sabor de esa mezcla de juventud e ilusiones con el resentimiento a la vida nos unió.
Crecimos, pasamos a la universidad, sobrevivimos al primer pleito, y nos unimos más. Su familia se volvió un eje en mi vida por esa época y era sumamente común que me refugiara en ellos.
La muerte de un hermano de Anita me demostró cuan importante eran para mi, recuerdo que llore amargamente porque el dolor de cada uno me taladraba el corazón, pero ya había un ángel que cuidaba a esa familia desde el cielo.
Los años siguieron pasando y la vida nos demostraba a Ana María y a mí como podía sorprendernos cada vez que pensábamos que ya habíamos pasado por todo. Siempre terminábamos consolándonos una a la otra y al final nos reíamos de las calamidades que nos pasaban.
Un día me avisó que estaba embarazada, después de un largo noviazgo con su novio, y yo sentí una nostalgia inmensa, me cambiaba de residencia en unas semanas y no iba a poder convivir con ella todo el proceso de su embarazo.
Tal como imaginé cuando me enteré de la noticia, no viví con Ana ni el embarazo, ni el nacimiento, ni sus primeras peripecias como mamá primeriza, sin embargo gracias a la tecnología tampoco estuve totalmente desconectada de lo que estaba viviendo.
Cuando rondaba por mi cabeza regresar a mi ciudad natal, Ana María se fue a vivir a otra. Confieso que si me dio tristeza hacerme a la idea que ya no iba a estar a unas calles de mi casa. ¿Ahora con quien me iba a desahogar cuando sintiera el mundo encima? Siempre, con la que mejor me sentía después de platicar, era ella. Con la que me identificaba, la que me podía entender, la que me inyectaba esperanza, irónicamente era Ana.
Hace unos meses la ví, embarazada de su segunda nena, vino a nuestra ciudad y aunque no nos vimos tanto como hubiéramos querido, ninguna de las dos dudó por un segundo del cariño de la otra.
Hoy nació Isabella, la segunda bendición de ese hogar. Debe estar muy orgullosa, sus papas son grandes personas, pero sobre todo su mamá es una reina, una excelente amiga, mi gran amiga. Te adoro Anabanana muchas felicidades.
En mis fotos de XV años ella sale, aunque llevábamos una semana a lo mucho de conocernos, y ninguna de las dos imaginaba en ese momento que nuestras vidas iban a estar enlazadas por muchos buenos momentos y varias lágrimas.
Por muchos años fue la amiga de mi amiga, sabía lo esencial sobre ella y convivíamos esporádicamente. Un día ya en la preparatoria nuestra amiga en común fue expulsada y adopté a Ana como parte de mi círculo de amistades cercanas, muy cercanas. De pronto las calles que nos separaban, ya que vivíamos en el mismo fraccionamiento, desaparecieron y la casa de cada una se convirtió en una extensión de la de la otra.
Por esa época me atrevo a decir que Anita pasaba por la primera gran crisis de su vida, el divorcio de sus papas, y quizás el agridulce sabor de esa mezcla de juventud e ilusiones con el resentimiento a la vida nos unió.
Crecimos, pasamos a la universidad, sobrevivimos al primer pleito, y nos unimos más. Su familia se volvió un eje en mi vida por esa época y era sumamente común que me refugiara en ellos.
La muerte de un hermano de Anita me demostró cuan importante eran para mi, recuerdo que llore amargamente porque el dolor de cada uno me taladraba el corazón, pero ya había un ángel que cuidaba a esa familia desde el cielo.
Los años siguieron pasando y la vida nos demostraba a Ana María y a mí como podía sorprendernos cada vez que pensábamos que ya habíamos pasado por todo. Siempre terminábamos consolándonos una a la otra y al final nos reíamos de las calamidades que nos pasaban.
Un día me avisó que estaba embarazada, después de un largo noviazgo con su novio, y yo sentí una nostalgia inmensa, me cambiaba de residencia en unas semanas y no iba a poder convivir con ella todo el proceso de su embarazo.
Tal como imaginé cuando me enteré de la noticia, no viví con Ana ni el embarazo, ni el nacimiento, ni sus primeras peripecias como mamá primeriza, sin embargo gracias a la tecnología tampoco estuve totalmente desconectada de lo que estaba viviendo.
Cuando rondaba por mi cabeza regresar a mi ciudad natal, Ana María se fue a vivir a otra. Confieso que si me dio tristeza hacerme a la idea que ya no iba a estar a unas calles de mi casa. ¿Ahora con quien me iba a desahogar cuando sintiera el mundo encima? Siempre, con la que mejor me sentía después de platicar, era ella. Con la que me identificaba, la que me podía entender, la que me inyectaba esperanza, irónicamente era Ana.
Hace unos meses la ví, embarazada de su segunda nena, vino a nuestra ciudad y aunque no nos vimos tanto como hubiéramos querido, ninguna de las dos dudó por un segundo del cariño de la otra.
Hoy nació Isabella, la segunda bendición de ese hogar. Debe estar muy orgullosa, sus papas son grandes personas, pero sobre todo su mamá es una reina, una excelente amiga, mi gran amiga. Te adoro Anabanana muchas felicidades.
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domingo, 17 de abril de 2011
Viviendo con equipaje ligero...
Ajá, y cualquiera que viera como invadí el departamento de la Lechuga se moriría de la risa con el título de este post porque obviamente lo último que sé, es vivir con el equipaje ligero.
Esta es mi mudanza número ocho a lo largo de mis veintiséis años, ya debería de tener experiencia. Sin embargo aún a estas alturas me vuelvo loca cada vez que hay que empacar.
¿De dónde sale tanta porquería? Pareciera que las casas se llenan solitas, siempre se tiran bolsas y bolsas de basura y aún así siempre siguen brotando cochinadas.
Cada vez que alguien hace un bautizo, boda, XV años etcétera me pregunto ¿para que dan recuerditos? Para eso son las fotos y la memoria. Eso de tener cien servilleteros con el nombre de las quinceañeras que ahora tienen treinta años ó tarugaditas de cristal de bodas en las que los novios ya se divorciaron, no es práctico.
Ropa que no te entra ya ni por el brazo también es típico, que afán de pensar que algún día se bajará de peso. Y los papeles ¿cómo se reproducen? abres un cajón y hay; recibos, cartas, recados, constancias, folletos y un sinnúmero de papeles sin explicación.
Cada quien tiene sus propias cosas a las que les da un valor especial. En mi caso serían mis agendas, mis fotos, mi computadora y mi gata. ¿Entonces porque cargo con diez millones de cajas encima? No lo sé.
Antes tenía toneladas de libros, doné muchísimos dos veces. Los últimos, mis favoritos, descubrí que ya los podía tener en electrónico y les dije adiós. Sólo me quedé como con cinco. Es un avance.
Mis agendas, bueno me da miedo algún día perder la memoria y quedarme sin recuerdos, así que seguirán conmigo. Fotos, bendito sea el que inventó la cámara digital. En realidad es un aliviane ya no tener que cargar con esos álbumes pesados y además te ahorras una buena lana en rollos y revelados. Si te gusta mucho una foto la imprimes, pero ya no tienes trescientas en las que sales fatal.
Mi computadora es pequeñita y con ella puedo recorrer el mundo. Lo único que necesito es su maletita y un enchufe para cargarla cuando se le termina la pila. Con ella puedo desahogarme cuando necesito escribir, además de escuchar música, ver mis fotos y leer mis libros electrónicos.
Jolie mi gata es tan rara que ni parece que existe. Casi no da lata, sólo hay que darle de comer y limpiarle la arena. Cuando quiere cariño ella solita se acerca y te topetea con la cabezita para que la acaricies, pero con un ratito se da por bien servida. Además es pequeñita y diría la Lechuga “pesa 100 gramos”.
La infeliz al igual que la dueña ha vivido en muchas casas, en cuatro años de vida que está por cumplir ha dormido en siete. Una gitana al igual que yo.
Esta vez he tirado muchísimas más cosas y aún así la mudanza se me hizo un martirio. Estoy aprendiendo a desprenderme de todo lo material, las cosas van y vienen y si le sirven a alguien serán más útiles en este mundo que guardadas en una caja “por si algún día las necesito”.
Creo que si aprendiéramos a dejar de acaparar, el mundo fluiría mejor. Ese afán de tenerlo todo y además marcarlo con etiquetas de “es mío” sólo quita espacio física y mentalmente.
Ojalá algún día en verdad aprenda a vivir solo con lo que necesito. En mi caso, como ya se dieron cuenta, sería extremadamente útil.
Esta es mi mudanza número ocho a lo largo de mis veintiséis años, ya debería de tener experiencia. Sin embargo aún a estas alturas me vuelvo loca cada vez que hay que empacar.
¿De dónde sale tanta porquería? Pareciera que las casas se llenan solitas, siempre se tiran bolsas y bolsas de basura y aún así siempre siguen brotando cochinadas.
Cada vez que alguien hace un bautizo, boda, XV años etcétera me pregunto ¿para que dan recuerditos? Para eso son las fotos y la memoria. Eso de tener cien servilleteros con el nombre de las quinceañeras que ahora tienen treinta años ó tarugaditas de cristal de bodas en las que los novios ya se divorciaron, no es práctico.
Ropa que no te entra ya ni por el brazo también es típico, que afán de pensar que algún día se bajará de peso. Y los papeles ¿cómo se reproducen? abres un cajón y hay; recibos, cartas, recados, constancias, folletos y un sinnúmero de papeles sin explicación.
Cada quien tiene sus propias cosas a las que les da un valor especial. En mi caso serían mis agendas, mis fotos, mi computadora y mi gata. ¿Entonces porque cargo con diez millones de cajas encima? No lo sé.
Antes tenía toneladas de libros, doné muchísimos dos veces. Los últimos, mis favoritos, descubrí que ya los podía tener en electrónico y les dije adiós. Sólo me quedé como con cinco. Es un avance.
Mis agendas, bueno me da miedo algún día perder la memoria y quedarme sin recuerdos, así que seguirán conmigo. Fotos, bendito sea el que inventó la cámara digital. En realidad es un aliviane ya no tener que cargar con esos álbumes pesados y además te ahorras una buena lana en rollos y revelados. Si te gusta mucho una foto la imprimes, pero ya no tienes trescientas en las que sales fatal.
Mi computadora es pequeñita y con ella puedo recorrer el mundo. Lo único que necesito es su maletita y un enchufe para cargarla cuando se le termina la pila. Con ella puedo desahogarme cuando necesito escribir, además de escuchar música, ver mis fotos y leer mis libros electrónicos.
Jolie mi gata es tan rara que ni parece que existe. Casi no da lata, sólo hay que darle de comer y limpiarle la arena. Cuando quiere cariño ella solita se acerca y te topetea con la cabezita para que la acaricies, pero con un ratito se da por bien servida. Además es pequeñita y diría la Lechuga “pesa 100 gramos”.
La infeliz al igual que la dueña ha vivido en muchas casas, en cuatro años de vida que está por cumplir ha dormido en siete. Una gitana al igual que yo.
Esta vez he tirado muchísimas más cosas y aún así la mudanza se me hizo un martirio. Estoy aprendiendo a desprenderme de todo lo material, las cosas van y vienen y si le sirven a alguien serán más útiles en este mundo que guardadas en una caja “por si algún día las necesito”.
Creo que si aprendiéramos a dejar de acaparar, el mundo fluiría mejor. Ese afán de tenerlo todo y además marcarlo con etiquetas de “es mío” sólo quita espacio física y mentalmente.
Ojalá algún día en verdad aprenda a vivir solo con lo que necesito. En mi caso, como ya se dieron cuenta, sería extremadamente útil.
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miércoles, 30 de marzo de 2011
Rompiendo Tabúes
Yo no sé ustedes pero yo crecí rodeada de tabúes. Todo lo que tuviera alguna diferencia, la más mínima con las ideas y educación de mi familia estaba mal. Lo irónico es que, y quien me conoce no me dejará mentir, mi familia es una de esas totalmente anormales.
Comenzando porque mis papas eran primos hermanos, creo que sólo por eso era para que personas con tabúes bien marcados ya me hubieran cerrado la puerta de su casa en las narices, lo que gracias a Dios no me ha pasado. Entonces es casi ridículo que en mi familia se atrevan a criticar matrimonios, pues si lo hacen.
De religión ni hablemos, por muchos años creía que todo aquél que no fuera católico estaba por lo menos maldito. Todas, absolutamente todas las sectas eran del diablo, y si acaso la única religión que medio se salvaba era la judía, porque pobrecitos tenían las bases pero seguro se iban a condenar por andar renegando de Jesús.
En lo personal, aunque no pienso cambiarme de religión, si reconozco que mi Iglesia tristemente dista mucho de ser un ejemplo a seguir, además me cuesta mucho trabajo aceptar que por la intercesión de un santo me pueda ganar la lotería, en fin.
De sexo, sin comentarios. Mi abuela siempre me ha dicho “En este mundo hay dos tipos de mujeres: la decentes que se acuestan con sus maridos y las pirujas que se acuestan con el novio” una amiga una vez después de oírla me preguntó “¿y las que nos acostamos con un tipo con el que simplemente andamos, que nombre tenemos?” obviamente le aconsejé que nos quedáramos con la duda, eso no se le pregunta a mi abuelita.
Jamás en la vida he escuchado en mi casa una plática de sexo, y realmente me parece una lástima que sea un tema que no se pueda compartir con las mujeres de mi familia.
Por supuesto que también hay diferencias de raza. Los negros huelen feo, los gringos son unos mensos y los indios siempre traicionan. También es una ironía que la única nacionalidad que valga la pena sea la alemana, la que por muchos años ha sido atacada por la humanidad. Todavía me tocó aclarar a mí, que ya soy de la 3era. Generación, que no todos los alemanes eran nazis.
Puede ser que por eso, no critico por cuestiones de raza y nacionalidad. A nosotros nos tocó de las más difíciles de defender, aunque en mi casa no se hayan enterado.
¿Remedios caseros, embrujos y supersticiones? Eso es de gente ignorante.
Como resultado de que todo el que crea en supersticiones es ignorante, a mi me cuesta trabajo creer que porque un borracho acaricie a un bebé le den cólicos a este, pero me he preguntado muchas veces si la ignorante no soy yo, y por andar ignorando las cosas prácticas y sencillas de la humanidad es que me complico tanto la vida.
Ahora que estoy comenzando a aprender acerca de los chakras, me doy cuenta que tengo que romper muchos tabúes si en verdad quiero ser una mejor persona.
A veces en plena sesión cuando mencionan la reencarnación, me quedo en la baba cuestionando quien tiene la razón ¿Deepak Chopra ó el Vaticano? El resultado es que ya están abriendo el tercer chakra, mientras yo ya me desconcentré abriendo apenas el primero, y es entonces en ese preciso momento, que me recuerdo a mi misma que para poder abrir mis chakras, primero tengo que comenzar a romper mis tabúes.
Comenzando porque mis papas eran primos hermanos, creo que sólo por eso era para que personas con tabúes bien marcados ya me hubieran cerrado la puerta de su casa en las narices, lo que gracias a Dios no me ha pasado. Entonces es casi ridículo que en mi familia se atrevan a criticar matrimonios, pues si lo hacen.
De religión ni hablemos, por muchos años creía que todo aquél que no fuera católico estaba por lo menos maldito. Todas, absolutamente todas las sectas eran del diablo, y si acaso la única religión que medio se salvaba era la judía, porque pobrecitos tenían las bases pero seguro se iban a condenar por andar renegando de Jesús.
En lo personal, aunque no pienso cambiarme de religión, si reconozco que mi Iglesia tristemente dista mucho de ser un ejemplo a seguir, además me cuesta mucho trabajo aceptar que por la intercesión de un santo me pueda ganar la lotería, en fin.
De sexo, sin comentarios. Mi abuela siempre me ha dicho “En este mundo hay dos tipos de mujeres: la decentes que se acuestan con sus maridos y las pirujas que se acuestan con el novio” una amiga una vez después de oírla me preguntó “¿y las que nos acostamos con un tipo con el que simplemente andamos, que nombre tenemos?” obviamente le aconsejé que nos quedáramos con la duda, eso no se le pregunta a mi abuelita.
Jamás en la vida he escuchado en mi casa una plática de sexo, y realmente me parece una lástima que sea un tema que no se pueda compartir con las mujeres de mi familia.
Por supuesto que también hay diferencias de raza. Los negros huelen feo, los gringos son unos mensos y los indios siempre traicionan. También es una ironía que la única nacionalidad que valga la pena sea la alemana, la que por muchos años ha sido atacada por la humanidad. Todavía me tocó aclarar a mí, que ya soy de la 3era. Generación, que no todos los alemanes eran nazis.
Puede ser que por eso, no critico por cuestiones de raza y nacionalidad. A nosotros nos tocó de las más difíciles de defender, aunque en mi casa no se hayan enterado.
¿Remedios caseros, embrujos y supersticiones? Eso es de gente ignorante.
Como resultado de que todo el que crea en supersticiones es ignorante, a mi me cuesta trabajo creer que porque un borracho acaricie a un bebé le den cólicos a este, pero me he preguntado muchas veces si la ignorante no soy yo, y por andar ignorando las cosas prácticas y sencillas de la humanidad es que me complico tanto la vida.
Ahora que estoy comenzando a aprender acerca de los chakras, me doy cuenta que tengo que romper muchos tabúes si en verdad quiero ser una mejor persona.
A veces en plena sesión cuando mencionan la reencarnación, me quedo en la baba cuestionando quien tiene la razón ¿Deepak Chopra ó el Vaticano? El resultado es que ya están abriendo el tercer chakra, mientras yo ya me desconcentré abriendo apenas el primero, y es entonces en ese preciso momento, que me recuerdo a mi misma que para poder abrir mis chakras, primero tengo que comenzar a romper mis tabúes.
Mi príncipe amarillo
Estoy casi 100% segura que absolutamente todas las mujeres en alguna etapa de nuestras vidas, hemos tomado papel y lápiz para describir a nuestro hombre perfecto. Habrá quien lo hizo de niña con sus muñecas por testigos, pero incluso una mujer madura puede tomar su libreta para enlistar todas las cualidades que describen a su príncipe azul y así poder decretarlo.
Yo también escribí mi listita alguna vez, pero con el tiempo ha cambiado. Ya no quiero al mismo caballero que alguna vez visualicé a los catorce años rescatándome de la torre encantada. Ni tampoco me interesa ya el alma de la fiesta, divertido, amiguero y con el que me la pasaba increíblemente bien, aunque siempre dudando con cuántas más se la pasaba así, de cuando estudiaba en la Universidad.
Ahora quiero un hombre que sepa lo que quiere de la vida. Si necesito que sea alegre y le guste divertirse, porque tampoco puedo negar que mi alma fiestera sigue ahí, pero ya no que nunca se pueda quedar en casa viendo películas.
Creo que mi requisito número uno es que sea alguien con quien se pueda conversar, nada me decepciona más que alguien que no tiene nada que decir. Yo que soy un loro y puedo estar sentada en un jardín rodeada de piedras y al final las hago hablar, no puedo tener un príncipe tímido ó reservado, también ya pasé por eso y no me gustó.
Retrógradas, machistas y de mente cerrada de una vez favor de pasar a la puerta, fue un placer. No soy la mujer más “open mind” del planeta, no aceptaría que se acostaran con mis amigas, ni que me propusieran una “relación abierta”, pero si soy una mujer del año 2011.
Un príncipe que me deje hacerle de cenar, sin que lo vea como mi obligación sino como una muestra de mi cariño. Un príncipe que me traiga flores de vez en cuando, pero que no se espante si un día me encuentra taladro en mano queriendo empotrar unas gavetas para mis bolsas. Un príncipe con el que me pueda acurrucar en el sofá comiendo galletas y helado, pero que también comparta conmigo un domingo futbolero, tomando cerveza y mentándole la madre al árbitro.
Tardaría muchas horas en describir a detalle como lo quiero, así que me voy directo al último punto. A mi príncipe amarillo no lo tengo que buscar, el sólito llegará en el momento adecuado, y si ya llegó quizás habrá que darle una ayudadita a Cupido pero definitivamente a diferencia de mis pasados príncipes, este no será un problema más, el amor con mi príncipe amarillo simplemente fluirá.
¿Y porque lo quiero amarillo? Porque es mi color favorito, es un color que me llena de energía y me hace feliz. Y eso precisamente quiero yo en mi príncipe.
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